jueves, 5 de marzo de 2009

Colectivo lleno y falta de sexo

Basado en hechos reales que aunque parezcan sacados de una película de Almodovar fueron vividos en carne propia, una tarde de invierno del 99.


Levanto el brazo. Subo. "Uno, por favor". Guardo el boleto. El colectivo está lleno. No. No lleno. Llenísimo. Me ubico como puedo, de a pacitos centimétricos entre la gente tratando de no molestar a los caracúlicos propios de un viaje en colectivo, y haciendo malabares con las extremidades para no tocar nada incomodable y/o incomodante. En los bondis uno se cuida de esas cosas y las partes sobresalientes de nuestro cuerpo juegan un papel un tanto más atendible. Se requiere desarrollar una flexibilidad sobrehumana para no caerse o manosear otros cuerpos. El único fin se convierte en poder tomarse del sucio pasamanos para conseguir algo de estabilidad y lentamente caminar entre la gente como Forrest Gump en sus peores épocas. Mientras llevo a cabo mi esforzada tarea, me pregunto porque la gente automatiza su cara y la pone en "modo orto" para viajar en colectivo. En el mismísimo momento en el que me hago dicha pregunta mental, casi para sorpresa mía, observo mi reflejo en la ventana y veo que mi cara también comienza a cambiar y a “aortarse” inevitablemente. "¡Wow!" me digo, "es la magia de viajar en bondi..." y así comenzaba mi nunca ameno viaje en la línea 9 de aquel tiempo.

Invierno. En mi mano abrigos, cuadernos, una mochila y demás pelotudeses de secundaria. Ya ubicado en un lugar del pasillo, miro levemente para abajo y los ojos de la gorda señora que está sentada en el asiento y medio que tengo enfrente se clavan en mis pupilas ingenuas y con una gesto muy desagradable me dice: "Cuidado, eh...". Y yo respondo con un simple gesto de: "no pasa nada, señora". Pasan 5 minutos y la señora vuelve a mirarme mal, pero esta vez con más intensidad y desprecio. Me hago el dolobu. Miro por la ventana. Pasan otros pocos minutos y la señora me dice, levantando nuevamente la voz con la clara intención de comprar la atención de todos los co-caracúlicos a su alrededor: Jóven por favor! ¿No ve que me está apoyando?..." Yo bajo la cabeza, oculto los nervios como mejor me sale (en realidad, nunca me sale) y con el mismo tono de voz que ella usó, le respondo: "Son los estuches de los anteojos que están en la campera, señora. ¿Que imagina?..."

Desde aquel día viajé en taxi. Y fui feliz.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajjajaja!!!! de ahora en mas amigo, voy a dudar cuando vea estuches de anteojos en las camperas jajajajja!!!
Luly.-

Fernando dijo...

Jajaja q feo... por eso NUNCA use ese medio de transporte... gracias a dios tengo todo relativamente cerca... y solo caminando llego a todos lados... o taxi si estoy cansado... :D aguante los mp3, celulares, y todo lo q pueda llevarse con música y hacer de una caminata algo mucho mas placentero :D

Maru dijo...

y bue.. experiencias son experiencias.. hay gente que lo pasa mucho peor en lineas como la 130 y / o 131... para que veas lo que la gente de las afueras tiene que soportar...paso a relatar soin mas introducciones... un cierto dia , largo dia para ser mas explicita.., tipo 9 de la noche... y a punto de tomarme mi 4º o 5º bondi en el dia .. con las manos llenas de germenes gracias a ese bendito pasamanos...( multiplicado x 5) un hambre atroz, mis intestinos tocando la sinfonìa Nº 40 de Mozart, ni decirte como tenìa la vejiga despues de haber estado todo el dia sin poder entrar a UN baño decente, el celular en el fondo del bolso vibrando...cuadro patético si los hay.. cargada de libros y afines...en eso levanto la mirada y veo a lo lejos.. la lucecita verde titilante, no de la esperanza ,por supuesto, del 130 y me asombro.. ya que había esperado menos de 5 minutos! bendito Dios! ralmente algo milagroso.. subo... busco un lugarcito para asenta mi cansancio.. y oh sopresa para mejora el milagro..estasba casi vacío! era mucho para un solo día,pensé, ingenuamente...,comenzamos el viaje de vuelta a casa...unas cinco o seis cuadras después hace una parada para levantar otro pasajer.. yo ya estaba casi dormida... y oh! sorpresa.. no arrancó más.. y el colectivero hizo de todo... y no , no había caso... tuvimos que esperar que viniera el siguiente...
20 miunutos despues! obviamente atestado de gente, que nos miraba com si nosotros tuvieramos la culpa del hacinamiento que reinaba.
que bien .. pensé .. bueno ahora sí...agarrada del pasamanos casi dormida.. siguió todo bien... pero pasando villa carmela..lugar bastante hostil a esa hora de la noche.. aunque no lo crean .. se VOLVIÓ A PARAR! chatarra de porquería .. sentía que la yugular iba a explotarme.. y encima si eso me pasaba iba a morir .. porque mas lejos de la civilización .. imposible... ya eran como las 10 y cuarto...fue un momento de furia.. .la gente puteando a troche y moche acrecentaba el odio interior que tenia contra todas las empresas de colectivo...terminé llegando a casa tipo 11 de la noche...
obviamente me acoste y le dia gracias a dios por ese hermoso día.. no vaya a ser que el siguiente sea peor...


( les aseguro que no es tan poco tragico como lo relaté)

besos

Anónimo dijo...

los viajes en colectivo son una bomba, siempre hay algo, sobre todo cuando la espera de dicho transporte conlleva la módica suma de 45 minutos, (5 agrimensor para los que saben), en ese tiempo ya se pueden ver todos los personajes de la ciudad desfilar frente a uno, y si tengo suerte alguna que otra discusion de parejita, lo cual me divierte!!!

Salud Esteban y como siempre Genial tu post!
Nana

Anónimo dijo...

Che que buena foto! (además de la publicación)Donde la puedo conseguir con más calidad de píxeles??... Es para incluir en un trabajo... me encantó!